sábado, 5 de abril de 2008

¿Se terminaron los cubanitos?

Ayer por la tarde decidí salir a caminar al centro, quería despejarme y estar sola un rato. La peatonal estaba llena de familias paseando y disfrutando, pero algo me llamó la atención. Un señor estaba vendiendo pelotas inflables; sé que esto no parece algo extraño, pero en este caso si lo era.
Era un hombre bien vestido y me pareció reconocerlo así que me detuve a observarlo… no podía recordar dónde lo había visto. Después de un rato seguí caminando y entré en una de las galerías. En ese momento me di cuenta, el señor que vendía los cubanitos rellenos de dulce de leche no estaba y la razón por la que no se encontraba allí era porque estaba vendiendo pelotas en la peatonal.
Debo admitir que me dio tristeza no ver a esta persona con su traje impecable y su pelo engominado; sentí que parte de mi infancia se había ido.
Ahora su sonrisa amable invita a los chicos a comprar juguetes…

7 comentarios:

Ricardo Gómez Madrid dijo...

Querida Maby:
Me gustó mucho tu idea de un artículo sobre el señor de los cubanitos. También a mí me llena de nostalgias por doble motivo. El también fue parte del paisaje cotidiano de mi juventud, y fue el tema de varias notas que hice en mi carrera periodística. La tuya tiene originalidad y ternura, quizás habría esperado más profundidad en la reflexión final y en las significaciones que tienen estos personajes en nuestras vidas cotidianas, pero supongo que cada uno dice lo que quiere decir. En fin son solo reflexiones, te felicito porque es una muy buena nota. BEsos y sigo leyendo tu blog. Siempre muy bueno y parejo.

Bernardita Padilla dijo...

Richard, gracias por tu comentario, realmente me sirve mucho. Estoy de acuerdo con la reflexión final, pero no quise profundizar porque es un final abierto. Confieso que espero que este amable vendedor vuelva a su rubro original y así pueda escribir sobre su traje impecable y comer nuevamente esos ricos cubanitos. Besos.

Anónimo dijo...

Me hiciste pensar en los cubanitos... ¡Cuánto tiempo sin verlos en la calle! También fui fanática, pero me compraban rara vez porque mis padres no me dejaban comer cosas compradas en la calle. Ya más grande, empecé a comprarlos y rellenarlos para los cumpleaños de los chicos y me daba el gusto. Pero no me acuerdo de un señor reciente vendiendo cubanitos en la calle, ¿dónde estaba exactamente?

Bernardita Padilla dijo...

El señor estaba al final de la galería La Gran Vía, casi siempre frente a una juguetería.
Gracias por tu comentario, parece que somos varios los fanáticos de los cubanitos!

Maria Luisa Bossolaco y Rocio Héndez dijo...

Hola Maby!!

la verdad... original el relato, porque original fue el señor de los cubanitos en ofrecerlos durante tanto tiempo, con su porte ditinguido... y "diferente".

Lástima que decidió cambiar de rubro... ¿y si por unas horas nos transformamos en ángeles de domingo al mediodía y le preguntamos el por qué... y averiguamos sobre sus sueños? ;)

Tal vez así, se pueda tener un nuevo final para la historia... o una segunda historia... o muchas nuevas historias.

¿Crees que es posible?
Te dejo un abrazo inmenso y un gran beso!

M Luisa

Anónimo dijo...

Me hiciste desear...

Mercedes Lina Soaje dijo...

Querida Bernie:
Cuando leí el título de la nota en mi mail lo primero que pensé fue "¡se murió el señor de los cubanitos!" Quizá en mi egoísmo estuve aún más triste cuando me di cuenta de que sí se trataba de él la nota pero que no se había muerto sino que había cambiado de rubro... En realidad pienso y podría decir que sí se murió el señor de los cubanitos!, el personaje de nuestra infancia (y te aviso que también de la infancia de nuestros padres porque es más viejo de lo que parece) sí ha dejado de existir... El señor de los cuabanitos "mítico" sí falleció, queda el señor real (que siempre existió detrás del mítico)y que se las rebusca (como todos) con un negocio más redituable.
Te felicito por tu blog...
Beso grande...