lunes, 2 de febrero de 2009

Y a esto le llaman diversión…

Sin duda muchos leímos la nota sobre el indigente indio que fue quemado por tres jóvenes italianos, entre los que se encuentra un menor de edad, simplemente porque querían divertirse.

Al principio pensé que fue una equivocación y que los agresores no habían tenido la intención de lastimar al inmigrante, pero leyendo la nota de La Gaceta se me pusieron los pelos de punta –literalmente-.

Se hicieron muchas conjeturas, entre ellas que lo habían quemado por ser indio. Pero los jóvenes explicaron: "Le rociamos con gasolina sólo para divertirnos. Queríamos saber cuánto duraba y nos daba igual si era negro o rumano". ¡Ah! Ahora me quedo mucho más tranquila, no lo rociaron por ser inmigrante, sino solo por ser indigente… No se qué me causa más escalofríos.

Pero lamentablemente no tenemos que viajar a países europeos para ver este tipo de discriminación. Hace unos años en Buenos Aires un grupo de chicos –porque eran realmente chicos de edad- quemaron a un boliviano en la parada de ómnibus mientras dormía. Y como este caso se pueden enumerar muchos más.

¿Qué tipo de castigo se puede dar a seres que dañan de esa manera a otras personas? ¿Hay algún castigo que los haga entender que “eso que quemaron” era un ser humano y que quemarlo no es divertido?

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Morir con dignidad


Que complicado hablar sobre la muerte, y más aún cuando se la asocia a una persona de 13 años. Hannah Jones, de Inglaterra, sufre de leucemia y tomó una decisión difícil pero valiente: morir con dignidad.

Los médicos querían someterla a un transplante de corazón para prolongar su vida, pero Hannah no aceptó. Esto generó muchos debates pero el tratamiento que deberá llevar adelante para evitar un posible rechazo del nuevo órgano podría complicar la leucemia que sufre desde hace ochos años. Si, ocho años, y sólo tiene 13. Es difícil imaginarse una vida así. Ella explicó que pasó demasiado tiempo en hospitales.

Los padres de la joven la apoyan de forma incondicional y aunque quieren tenerla todo el tiempo que puedan cerca de ellos aclararon que no la forzarán a hacer algo que no quiera.

Creo que en este caso todos son valientes, Hannah por defender la forma en la que quiere pasar el resto de su vida y sus padres, por acompañarla. Ahora, ¿seríamos nosotros capaces de aceptar una decisión de este tipo de un ser querido?

jueves, 30 de octubre de 2008

¿Realmente es inédito?

Esta mañana, leyendo como todos los días Crítica, me encontré con una noticia que me llamó la atención: “Inédita prohibición a una madre de ver a su hijo”. Por supuesto me dispuse a leer la nota sobre la decisión de la Cámara en lo Civil y Comercial de la localidad bonaerense de Junín de dar la adopción definitiva de un niño de cuatro años.

No sólo estaba de acuerdo sino que no me pareció inédito. De acuerdo a lo publicado “se decidió darle la adopción definitiva de un niño, hoy de cuatro años de edad, a un matrimonio y le negó al pequeño la posibilidad de tener contacto con su madre biológica, para evitarle "perturbaciones" en su desarrollo”.

Cualquiera que conozca algo sobre adopción sabe que una vez que el niño es adoptado la madre biológica no tiene derecho a visitarlo ni verlo, salvo que el pequeño así lo pidiera en algún momento de su vida. Por eso creo que de inédito el fallo no tiene nada.

Además ni hablar del estado de abandono en el que vivía esa criatura en el período en el que se intentó una convivencia con la “madre biológica”, como llaman en el artículo.

Es decir, hay varias cuestiones. Primero que el niño crezca con una familia que lo quiera; segundo, hablarle sobre su origen y que él decida si quiere o no conocer a la mujer que lo tuvo. Tercero y último, y no por eso menos importante, el término “madre biológica” es absurdo, madre hay una sola y es la que nos cuida y nos da su amor.

miércoles, 22 de octubre de 2008

Traumada


Después de una larga ausencia encontré algo que me pareció interesante o bizarro - depende de quién lo mire- para subir al blog . Así que sin más preámbulos les quiero contar que últimamente veo en todos lados al payaso Tapalín, jajaja. Para los que no recuerdan quién es, les cuento que era un hombre que se disfrazaba de payaso y tenía un programa en Canal 10.

Aunque parezca un chiste no lo es. El otro día lo vi en Elegidos (gente tengo solo Canal 8 y Canal 10) cantando una canción dedicada a las madres. No sé cómo describir la presentación porque sentí una mezcla de sensaciones, sólo les puedo contar que se me puso la piel de gallina.

Pero como si esto fuera poco, en el Festival Tucumán Cine 2008, se presentará el Work in Progress de "Tapalín, la película". Ojo, no sé cómo será el argumento pero juro que el afiche me traumó.

jueves, 7 de agosto de 2008

Una vergüenza

Todos escuchamos del polémico caso del reconocido psicólogo y profesor de la Universidad de Buenos Aires (UBA) Jorge Corsi. Está acusado de asociación ilícita, corrupción de menores y abuso sexual.

El psicólogo declaró ante la Justicia y acusó de “fantasioso” al menor que lo señaló como cabecilla de una banda de pedófilos que sometía a adolescentes a participar de fiestas sexuales. Si, leyeron bien, dijo “fantasioso”.

La declaración de Corsi llamó la atención de la jueza María Fontbona de Pombo, ya que entra en clara contradicción con un estudio realizado con el uso de cámara Gesell, que determinó que el menor no mintió al afirmar que fue víctima de abuso.

Es estúpido que este hombre nos quiera hacer creer que la víctima no es capaz de reconocer cuando alguien lo obliga a hacer algo que compromete su dignidad como ser humano.

Ya de por sí es difícil superar una situación así y animarse a declarar en contra del abusador. ¿Cuántos casos no son denunciados por vergüenza o simplemente porque la víctima teme que no le crean?

miércoles, 9 de julio de 2008

Indiferencia ante la muerte

El 19 de junio, Esmin Green de 49 años y oriunda de Jamaica, murió en la sala de espera de un hospital psiquiátrico de Nueva York. La noticia recién cobró importancia cuando la semana pasada se dieron a conocer las imágenes de las cámaras de seguridad, en donde se puede ver a un guardia que mira como la interna cae al piso y no hace nada al respecto.

Una hora después de que Green cayera al piso, llegaron una médica y una enfermera a socorrerla. Ya estaba muerta.

Lamentablemente parece que ya no nos sorprendemos cuando escuchamos alguna noticia sobre la mala atención en algún hospital, psiquiátrico, geriátrico o cualquier lugar que albergue enfermos, niños o ancianos. Es increíble que necesitemos ver las imágenes para tomar conciencia de que lo que nos están contando es real.

Por lo menos esta vez YouTube y diferentes weblogs sirven para hacer pública la forma en que la gente es maltratada o simplemente ignorada en este tipo de instituciones.
(Los interesados en ver el video pueden buscarlo en YouTube con el nombre de Esmin Green)

lunes, 30 de junio de 2008

El departamento


Cuando atendió el celular intuyó que iba a recibir una mala noticia. Hace tres días intentaba comunicarse con Ana, su mejor amiga, pero no estaba en su casa y su teléfono parecía desconectado.

Del otro lado de la línea un oficial de policía le pedía que vaya a la morgue para reconocer el cuerpo de una joven que podía ser su amiga. Era la única que podía hacerlo porque no tenía familiares en la ciudad.

Cuando llegó al edificio se quedó paralizada en la puerta. Fue todo muy rápido; entró, descubrieron el cuerpo, dijo que no era ella y salió del lugar.

Todavía shockeada por lo que había visto prendió un cigarrillo. En ese momento el mismo oficial que la había llamado le dijo que tenía que mostrarle un cuaderno que encontraron en el departamento de su amiga. La llevó con el comisario, quien le contó que la desaparición había sido muy rara ya que no había puertas forzadas, pero sí encontraron todo revuelto. Dejando de lado el manual, e intentando resolver más rápido el caso, le pidió si podía ver las anotaciones en el lugar del hecho.

Ya era de noche cuando partieron hacia la casa de la desaparecida. Subieron por el ascensor hasta el décimo piso. Entraron al departamento y ella le propuso al comisario que la dejara sola; de esta manera podría vivir lo que vivió Ana.

Se acercó a la ventana y comenzó a leer lo que estaba escrito en el cuaderno: “La noche está tan linda que quise admirar el paisaje de la ciudad. El edificio que más llama mi atención es el de enfrente, quizás porque es nuevo y tiene cerca de 20 pisos. Hay una figura en una de las ventanas pero no alcanzo a distinguirla, así que uso los binoculares que recibí hace poco de regalo. Ahora veo con nitidez que es un hombre y también mira a través de unos binoculares. Al principio me dio vergüenza y me empecé a reír, pero ahora ya no me hace gracia. Con su dedo índice está contando los pisos de mi edificio. Apago la luz del living para poder verlo mejor. El hombre hace una seña, como si me estuviera saludando, y sale de su casa. No sé si estaré paranoica pero creo que viene hacia aquí…”

El relato termina abruptamente… De repente ve que una luz se enciende en el edificio de enfrente; una figura se asoma por la ventana -¿Será el mismo hombre que vio su amiga?- El miedo la invade cuando ve que está contando los pisos.

El comisario y uno de los oficiales entraron al departamento una hora más tarde con la esperanza de que la joven notase algo que pudiera ayudarlos. Fue como un deja vu , revisaron los dormitorios, la cocina y el baño. –Señor no hay rastros de la joven-
En una mesita del living, cerca de la ventana, el comisario vio las anotaciones y unos binoculares.