lunes, 30 de junio de 2008

El departamento


Cuando atendió el celular intuyó que iba a recibir una mala noticia. Hace tres días intentaba comunicarse con Ana, su mejor amiga, pero no estaba en su casa y su teléfono parecía desconectado.

Del otro lado de la línea un oficial de policía le pedía que vaya a la morgue para reconocer el cuerpo de una joven que podía ser su amiga. Era la única que podía hacerlo porque no tenía familiares en la ciudad.

Cuando llegó al edificio se quedó paralizada en la puerta. Fue todo muy rápido; entró, descubrieron el cuerpo, dijo que no era ella y salió del lugar.

Todavía shockeada por lo que había visto prendió un cigarrillo. En ese momento el mismo oficial que la había llamado le dijo que tenía que mostrarle un cuaderno que encontraron en el departamento de su amiga. La llevó con el comisario, quien le contó que la desaparición había sido muy rara ya que no había puertas forzadas, pero sí encontraron todo revuelto. Dejando de lado el manual, e intentando resolver más rápido el caso, le pidió si podía ver las anotaciones en el lugar del hecho.

Ya era de noche cuando partieron hacia la casa de la desaparecida. Subieron por el ascensor hasta el décimo piso. Entraron al departamento y ella le propuso al comisario que la dejara sola; de esta manera podría vivir lo que vivió Ana.

Se acercó a la ventana y comenzó a leer lo que estaba escrito en el cuaderno: “La noche está tan linda que quise admirar el paisaje de la ciudad. El edificio que más llama mi atención es el de enfrente, quizás porque es nuevo y tiene cerca de 20 pisos. Hay una figura en una de las ventanas pero no alcanzo a distinguirla, así que uso los binoculares que recibí hace poco de regalo. Ahora veo con nitidez que es un hombre y también mira a través de unos binoculares. Al principio me dio vergüenza y me empecé a reír, pero ahora ya no me hace gracia. Con su dedo índice está contando los pisos de mi edificio. Apago la luz del living para poder verlo mejor. El hombre hace una seña, como si me estuviera saludando, y sale de su casa. No sé si estaré paranoica pero creo que viene hacia aquí…”

El relato termina abruptamente… De repente ve que una luz se enciende en el edificio de enfrente; una figura se asoma por la ventana -¿Será el mismo hombre que vio su amiga?- El miedo la invade cuando ve que está contando los pisos.

El comisario y uno de los oficiales entraron al departamento una hora más tarde con la esperanza de que la joven notase algo que pudiera ayudarlos. Fue como un deja vu , revisaron los dormitorios, la cocina y el baño. –Señor no hay rastros de la joven-
En una mesita del living, cerca de la ventana, el comisario vio las anotaciones y unos binoculares.

1 comentario:

Diego Nofal dijo...

Chau me dio miedo, nunca más veo por la ventana del edificio, excelente, nunca espero menos de Ud. saludos.