viernes, 7 de marzo de 2008

La sala de música

Lo tenía todo planeado, cuando él llegara la casa estaría a oscuras y se vería forzado a buscar las velas que estaban en el cajón del mueble que está junto a la puerta. Por supuesto no iba a ser tan fácil, ya que sólo encontraría una pequeña vela, con la que apenas podría iluminar el salón principal. Él la llamaría: -"¡María!"-, pero nadie le contestaría.
Como es un hombre tan valiente -o por lo menos eso era lo que él creía- revisaría la casa de arriba a abajo y luego se iría a dormir. Seguramente ya habría comido en su bar preferido y el sueño le empezaría a ganar.
-"No le preocupará ni le llamará la atención que yo no esté, porque está seguro de que nunca lo abandonaré"- pensó y siguió describiendo sus movimientos.
Más tarde esa madrugada se encargaría de que se despertara por ruidos que provenían de una de las habitaciones de abajo. La sala de música era el sitio ideal, después de todo él era el único que tenía las llaves.
Luego de planearlo y pensarlo por varios días, decidió que el momento había llegado. Esa mañana le sirvió el desayuno a su esposo y le deseó suerte en el trabajo. El le dijo que quería hablar con ella, pero ambos decidieron que sería mejor por la noche, cuando el volviera de trabajar.
Al día siguiente María se despertó, se arregló con un vestigo negro que había comprado un mes atrás y bajó a abrir la puerta, mientras los empleados de la casa colocaban las flores y dejaban todo impecable.
-"Señora, no prefiere que atienda yo a sus amigas"-, preguntó una muchacha.
-"No gracias, prefiero hacerlo yo misma, despúes de todo es a mí a quien vienen a ver"-
La puerta se abrió y varias mujeres, también vestidas de negro, pasaron y comenzaron a llorar. La anfitriona les ofreció café y las atendió con la mayor cortesía.
En una de las salas dos señoras hablaban: -"Pobre, ¿qué hara ahora que está sola?-.
-"Es una desgracia, un hombre tan joven y sin antecedentes de enfermedad cardíaca"-.
-"Dicen que murió de un susto en la sala de música. Nunca sabremos lo que habrá visto allí"-.
María se acercó y les sirvió un café; al alejarse ambas señoras comentaron: -"Ya conseguirá otro hombre que la acompañe, después de todo ahora es una joven viuda rica"-.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

El planteo del cuento me parecio muy original.La situacion descripta muy realista,al igual que los comentarios que se realizan en el velatorio o sepelio.Te felicito,segui en esta tematica.Creo que debes guardarlo y enviarlo a tantas antologias que existen paa escritores noveles.
Domingo

Sebastián Nadal dijo...

estemmm, por las dudas, no vamos a tener sala de música en nuestra casa. jajaja. te felicito, me hizo acordar a algún cuento de Cortázar.

Alvarette dijo...

¿¿Que pasó en la sala de música que el tipo se murió de un infarto??

Creo que esa es la gran pregunta, claro, siempre y cuando el discurso de las amigas de la esposa sea verdadero.

Interesante relato.

Felicitaciones!.

Feliz Día!

ALVARETTE